VALORES NACIONALES EN LA CONSOLIDACIÓN DEL MOVIMIENTO POÉTICO-VISUAL ARGENTINO
Silvio De Gracia
Genealogías y pionerismos: la invención de la poesía visual argentina
Cualquier intento de trazar una genealogía de la poesía visual argentina, recae en la ineludible simplificación de marcar como fecha de inicio la irrupción de las propuestas del poeta platense Edgardo Antonio Vigo y el movimiento Diagonal Cero. Existen, sin embargo, otras genealogías posibles, como la postulada por el poeta Jorge Santiago Perednik en el espléndido y exhaustivo volumen titulado El Punto Ciego[1]. Allí, Perednik discute la lógica segmentaria que descansa en el imperativo “del inicio”, y opta por procurarse un inicio ficticio, una génesis “tan arbitraria o caprichosa como para remontarse a épocas prehistóricas”[2]. En la genealogía que Perednik diagrama se enlistan las huellas gráfico-escriturales de La Cueva de las manos hacia el 7000 a.C., las proto-escrituras aborígenes, los poemas telésticos del siglo XVIII en el Río de La Plata, y las grafías o pinturas legibles de Xul Solar. Este rastreo nos sitúa ante un enfoque diacrónico susceptible de deslumbrarnos con su profusión de hallazgos y revelaciones.
Pero aun considerando las valiosas proto-manifestaciones de poesía visual que lo anteceden, Vigo, como el mismo Peredenik lo admite, es la figura liminar, el artista pionero llamado a “sacar la poesía del retraso relativo en que se encontraba y abrirle una puerta hacia la contemporaneidad”[3]. A partir de la edición del número 20 de la revista Diagonal Cero[4], en 1966, Vigo decide un desplazamiento definitivo de su publicación hacia el terreno de la poesía experimental, profundizando su labor en la difusión y conceptualización de lo que entonces se denominaba la “nueva poesía”[5]. El número 20 de Diagonal Cero está dedicado a la “Nueva Poesía Platense”, y coincide con la aparición de un grupo de poetas visuales, el Movimiento Diagonal Cero, integrado por Vigo, Jorge de Luján Gutiérrez, Omar Gancedo, Carlos Ginzburg y Luis Pazos. Aunque inorgánico, el grupo ensaya múltiples caminos para la renovación de la poesía. Es a partir de estas investigaciones, y fundamentalmente a raíz del reconocimiento que Vigo construye en el mundo, a través de su inserción en las redes de arte correo y poesía experimental, que se puede hablar por primera vez de la existencia de una poesía experimental argentina.
Más allá de Vigo, motor incansable, pero finalmente insular de estas vías experimentales, hay que mencionar otros operadores visuales que, sin inscribirse específicamente en el campo de la poesía visual/experimental, transitan por formas híbridas de la visualidad en las que la palabra es convocada a irrumpir de modo radical en el territorio de las artes visuales. En los 60’ y 70’, León Ferrari, Mirta Dermisache y Juan Carlos Romero encarnan con sus escrituras o grafismos ilegibles y sus palabras ocultas una opción por una visualidad en disidencia, una visualidad dotada de una potencialidad corrosiva que se contrapone por igual a las imposiciones normativas del lenguaje plástico como a las del contexto socio-histórico. Pero habrá que esperar años para que estas propuestas sean reconocidas por la crítica como formas de experimentación poético-visual y no como meras anomalías plásticas, desvíos arriesgados en el vacío de un punto cero de la literatura expandida.
Continuidades y desbordes: Paralengua y Vórtice
A finales de los 80’, y en concomitancia con la efervescencia cultural que sucede a los años de repliegue de la dictadura, se desarrolla en nuestro país, especialmente en Buenos Aires, una renovación artística intensa, que se orienta a la búsqueda de nuevos lenguajes y a la elaboración de propuestas estéticas que marquen una ruptura con el escenario precedente. En este contexto, surge Paralengua, un colectivo de poetas que, entre 1989 y 1998, se dedica a difundir lo que definen como la ohtra[6] poesía, una poesía abierta completamente a formas experimentales que se rebelan contra el soporte libro y una tradición literaria envejecida. Fundado por Roberto Cignoni, Carlos Estévez y Fabio Doctorovich, el grupo despliega una actividad constante a través de exposiciones y presentaciones que se enfocan en dar a conocer nuevas formas de hacer y entender la poesía, entre las que se cuentan la poesía sonora, la poesía performática, la poesía multimedial[7] y la poesía visual[8]. Sin embargo, en su momento (y hasta no hace mucho), quizá por el mismo carácter marginal e inabordable de sus propuestas, y fundamentalmente por la recepción casi nula de una crítica reacia a las formas poéticas experimentales, su historia y sus aportes fueron escasamente reconocidos. La experiencia Paralengua significó, no obstante, una ampliación del concepto de lo poético, mediante un impulso de disolución de los límites entre la poesía y las otras disciplinas artísticas, especialmente significativo por el profundo amarre de sus prácticas en la oralidad y lo performático.
Cerrado el ciclo de Paralengua, el relevo en la promoción de la poesía experimental es asumido por Vórtice Argentina, proyecto liderado por el artista Fernando García Delgado, que se propone recuperar las producciones experimentales de los artistas de la “nueva poesía” de los 60’ y 70’, esencialmente de Edgardo Antonio Vigo, y generar un flujo de nuevos creadores conectados a experiencias poéticas semejantes. Entre 1998 y 2007 Vórtice Argentina organiza 8 ediciones de su Encuentro Internacional de Poesía Visual, Sonora y Experimental, eventos de referencia ineludible en el horizonte de la práctica poética experimental en nuestro país[9].
Últimos años. En pos de un movimiento de poetas visuales.
A contracorriente de lo sucedido en otras latitudes, tales los casos del concretismo brasileño o la poesía visiva italiana, en la Argentina el trabajo con las poéticas visuales experimentales ha permanecido durante mucho tiempo en una zona de opacidad crítica, relegado a posiciones marginales o subalternas en los relatos institucionalizados del arte local. La ausencia de una tradición fuerte y la deriva en iniciativas atomizadas y discontinuadas no ha contribuido en nada a la legitimación de estas prácticas. En verdad, aunque resulte una afirmación polémica, es solo en años recientes que podemos vislumbrar que comienza a consolidarse como tal un movimiento de poesía visual argentina.
Todo movimiento se legitima desde su autopercepción, desde su propia conciencia histórica, y desde las estrategias que lo insertan decisivamente en una determinada escena. En el año 2016, fecha crucial, se concretan dos realizaciones que delimitan un nuevo escenario crítico favorable para la práctica poética experimental argentina, y que marcan una línea de despegue en la configuración de un relato coherente y una cartografía posible: la publicación de El Punto Ciego, de Perednik, Doctorovich y Estévez, volumen indispensable y fundacional para el estudio historiográfico de las prácticas poético-visuales en nuestro país, y la presentación de la muestra Poéticas Oblicuas Modos de contraescritura y torsiones fonéticas en la poesía experimental (1956-2016)[10], que reúne por primera vez a los mayores referentes de la poesía experimental argentina en una exhibición de largo alcance[11]. Con la aparición de El Punto Ciego, se materializa uno de los intentos bibliográficos más sólidos y connotados en torno a la poesía experimental argentina, con notorios aportes teóricos y abundante documentación visual. Por su exhaustividad y amplitud, el relato que se desprende del volumen viene a suplir los vacíos y las ausencias que deslegitimaban a otras apuestas editoriales precedentes. Por su parte, la exhibición Poéticas oblicuas ensaya por primera vez el trazado de una vasta cartografía de las prácticas poéticas experimentales en el país, lo que incide directamente en el apuntalamiento de un proceso de validación crítica inédito. Sobre la huella de estas dos proposiciones, se desenvuelven nuevos itinerarios editoriales, expositivos y teóricos que se direccionan a revertir la condición periférica asignada al experimentalismo poético argentino.
Así, en los últimos años, la consolidación de una escena de poetas visuales argentinos se refleja en el aumento de publicaciones y antologías especializadas, en el mayor volumen de exposiciones enfocadas en la práctica[12], y en la redefinición de identidades que se sustraen al territorio impreciso de las artes visuales para caer de lleno en el ámbito de la poesía visual. Esto último es casi inédito; la asunción de un fuerte arraigo en la poesía visual, que pasa a manifestarse en ciertos autores que se preocupan por tramar una trayectoria sólida dentro de este campo, a través de la edición constante de libros y la organización de diversas exhibiciones[13]. En algunos casos, ciertos artistas, que también son poetas visuales, abandonan los deslindes entre sus prácticas y asumen que la poesía visual se introduzca con fuerza en su obra plástico-visual[14]. También hay que mencionar ciertos esfuerzos que, apostando a un descentramiento de la escena porteña, se arriesgan en una amplia tarea de tipo docente que pretende difundir la experimentación poética en el interior del país[15].
En 2020, se funda HOTEL DADA[16], galería especializada en arte correo y poesía experimental que, con un enfoque histórico y actual, busca dar visibilidad a una serie de artistas vinculados a los distintos géneros del arte correo y la exploración del lenguaje poético en sus múltiples posibilidades[17]. Con el antecedente de la muestra LA POESÍA EN LA BOCA Exhibición Internacional de Mascarillas de Poesía Visual en 2020[18], la galería presenta ahora, en 2022, la exposición VALORES NACIONALES Poesía Visual Argentina, con la que se pretende trazar un mapeo de intenso corte federal, dando visibilidad a las prácticas poético-visuales registradas en diversos puntos del país, en contraposición a otras propuestas excluyentes, circunscriptas a una centralidad hegemonizante.
El grupo de poetas visuales presentado en VALORES NACIONALES responde a un enfoque curatorial que rescata y valoriza el hacer sostenido de una práctica, descartando a aquellos operadores visuales que registran un vínculo volátil y descomprometido con la poesía visual. La selección se constituye desde un posicionamiento teórico que instala sus sentidos desde una doble operación táctica: por un lado, procura el desamarre de otras narrativas autocomplacientes; por otro, apunta a la construcción de una mirada histórica y crítica que contribuya a la legitimación de una escena. La frase valores nacionales, aún en su posibilidad auto-irónica, ligada esencialmente a lo patriótico, intenta señalar que la presente exhibición no se articula como una simple reunión azarosa de poetas, sino como una constelación sólida y representativa de lo que hoy se produce en el panorama de la poesía visual argentina.
Adentrarse y detenerse en el entramado visual de VALORES NACIONALES, es asomarse a una cartografía actual de las formas de expansión del lenguaje poético en Argentina. El recorte muestra a un grupo de artistas que oscila en una zona híbrida situada entre la poesía y las artes visuales. Más allá de exhibir un conjunto de obras, la exhibición deja expuesto el problema de la inscripción de estas prácticas: ¿pertenecen al campo del arte o de la literatura?
Desarrollada en y desde los márgenes, relegada a una existencia intersticial en las narrativas del arte y excluida del canon literario, la poesía visual argentina es una realidad que se adensa y expande en sus realizaciones, pero que adolece de una conceptualización crítica que la singularice.
VALORES NACIONALES se propone no sólo como instancia expositiva, sino como espacio de reflexión y posicionamiento. Aunque visibilizada en forma creciente en los circuitos del arte, la poesía visual/experimental argentina permanece en una condición periférica dentro de la historia de la poesía nacional. VALORES NACIONALES juega su espesor crítico en la presentación de la poesía visual como una ampliación de los universos poéticos, como un cuestionamiento radical de la poesía en sus formas tradicionales, y, en definitiva, como una apuesta por el ejercicio subversivo de la poesía como forma de libertad.
Junín, 24 de mayo de 2022.
Silvio De Gracia (1973, Junín, Argentina). Escritor, artista visual, poeta experimental, performer, y curador independiente. Su producción se desarrolla en múltiples medios, entre los que destacan la poesía visual, el arte correo, la performance, el video, las acciones poéticas y la práctica editorial. Durante 20 años (2002-2022), ha dirigido la histórica revista de arte correo y poesía visual HOTEL DADA. Desde 2010, dirige el sello HOTEL DADA editor, un proyecto editorial orientado a la publicación y difusión de artistas y escritores experimentales de todo el mundo. Entre sus curadurías enfocadas en poesía experimental destacan: LA POESÍA EN LA BOCA Exhibición Internacional de Mascarillas de Poesía Visual, Galería HOTEL DADA (2020); LA PALABRA ES ACCIÓN, muestra antológica de Clemente Padín (2015), y POESÍA SIN MARGEN Muestra Latinoamericana de Poesía Visual (2016), ambas en el Museo de Arte Contemporáneo Argentino, en Junín, Buenos Aires.
En 2020, fundó, junto a la artista y poeta experimental Ana Montenegro, la galería de arte HOTEL DADA Base de Arte Correo y Poesía Experimental, centro de exhibición y documentación de obras vinculadas a los distintos géneros del arte correo y la exploración del lenguaje poético en sus múltiples posibilidades.
VALORES NACIONALES
POESÍA VISUAL ARGENTINA
ALEJANDRA BOCQUEL WALTER BROVIA DÉBORA DAICH SILVIO DE GRACIA MARÍA PAULA DOBERTI FABIO DOCTOROVICH BELÉN GACHE ARIEL GANGI ROSA GRAVINO LADISLAO PABLO GYÖRI RUBÉN LIGGERA CLAUDIO MANGIFESTA NORBERTO JOSÉ MARTÍNEZ HUGO MASOERO HILDA PAZ LUIS PAZOS MARCELA PERAL JAVIER ROBLEDO ALEJANDRO THORNTON
HOTEL DADA Base de Arte Correo y Poesía Experimental
Junín, Buenos Aires, Argentina
Del 4 de junio al 22 de julio de 2022
Curador: Silvio De Gracia
Concepto visual y diseño de montaje: Ana Montenegro
[1] Jorge Perednik, Fabio Doctorovic y Carlos Estévez, El Punto Ciego. Antología de la Poesía Visual Argentina de 7000 a. C. al Tercer Milenio, San Diego, The San Diego University Press, 2016.
[2] Jorge Perednik, El nacimiento de la poesía visual argentina, en Perednik, Doctorovich y Estévez, op. cit., 2016, p. 28.
[3] Jorge Perednik, Edgardo Antonio Vigo y la nueva poesía platense, en Perednik, Doctorovich y Estévez, op. cit., 2016, p. 99.
[4] Diagonal Cero fue la revista que Edgardo Antonio Vigo (1928, La Plata) editó, diagramó y dirigió entre 1962 y 1969, en su ciudad natal. Revista-objeto de tirada trimestral dedicada a difundir la poesía experimental, de la que se llegaron a publicar 28 números.
[5] A mediados de la década de los 60’ fueron apareciendo en toda Latinoamérica los llamados movimientos de la “Nueva Poesía”, que se difundieron a través de revistas, publicaciones y exposiciones. “Nueva Poesía” fue la denominación utilizada para diferenciar a todas aquellas formas poéticas experimentales que subvertían los códigos habituales de la poesía discursiva o verbal.
[6] Según explica Fabio Doctorovich, Paralengua utilizó al principio el subtítulo la “ohtra” poesía; oh simbolizando asombro, novedad, experimentación, postipografía” (Fabio Doctorovich, El fin del milenio: Paralengua, la Ohtra Poesía, en Perednik, Doctorovich y Estévez, op. Cit., 2016, p. 171.
[7] Una importante serie de propuestas se valieron del uso del video y la computadora para la generación y edición de imágenes. Entre estos trabajos, destacan los Morfismos de Fabio Doctorovich, y los poemas virtuales o vpoemas de Ladislao Pablo Györi.
[8] Aunque con menor presencia en el repertorio del grupo, la poesía visual fue divulgada con frecuencia en la Revista XUL, que fue el órgano difusor de las ideas y propuestas tanto de los miembros del grupo como de otros poetas y escritores interesados en la experimentación poética y sus diferentes posibilidades.
[9] Estos encuentros tuvieron una respuesta notablemente vigorosa, aunque también, lamentablemente, cuando dejaron de organizarse fueron sucedidos por la dispersión y el reflujo de la creciente escena de poetas experimentales que se había reunido alrededor del proyecto.
[10] Poéticas oblicuas Modos de contraescritura y torsiones fonéticas en la poesía experimental (1956-2016) en el Espacio de Arte – Fundación OSDE (Buenos Aires), con curaduría de Fernando Davis y Juan Carlos Romero, reunió las producciones poéticas experimentales de 38 artistas de Argentina de diferentes generaciones. Se presentó del 12 de mayo al 23 de julio de 2016.
[11] También en 2016, desde HOTEL DADA organizamos la exhibición Poesía sin margen, Muestra de Poesía Visual Latinoamericana, incluyendo a importantes cultores de la poesía visual argentina, y que constituye una de las primeras muestras de relevancia fuera de los espacios hegemónicos de Buenos Aires. Se presentó en el Museo de Arte Contemporáneo Argentino MACA, en la ciudad de Junín, y entre sus participantes se pueden mencionar autores como Claudio Mangifesta, Hilda Paz, Juan Carlos Romero, entre otros.
[12] En 2015, el poeta Ariel Gangi organiza las Primeras Jornadas Internacionales de Poesía Experimental en la Universidad Nacional de San Martín. En 2017, el Espacio de Arte Umbral, que dirigen María Paula Doberti y Débora Kirnos, convoca la exposición Poesía Visual Adentro-Afuera.
En 2015, 2017 y 2019, Claudio Mangifesta convoca y organiza la “Exposición Internacional de Poesía Visual y Experimental” en Espacio Cero (EMBA), en Quilmes. En 2017, con curaduría de Fabio Doctorovich y Ornella Barisone, se realiza la muestra El Punto Ciego: Poesía Visual en la galería Arcimboldo, en Buenos Aires. En 2020, desde la galería HOTEL DADA, se organiza la muestra La poesía en la boca. Exhibición Internacional de Mascarillas de Poesía Visual. Todas estas exposiciones, gestionadas por los propios poetas, dan cuenta de un nuevo estado de situación, marcado por una mayor visibilidad e interés por las poéticas experimentales.
[13] Es el caso del poeta Claudio Mangifesta. Además de la edición de sus propios libros de poesía experimental, Mangifesta ha sido compilador y coautor de importantes antologías: Rastros de la poesía visual argentina, Quilmes, Tiempo Sur, 2014, junto a Juan Carlos Romero e Hilda Paz; y Antología de la Poesía Visual Argentina y Catalana: …xyzA – Cdef, Barcelona, Pont del Petroli, 2019, junto al poeta catalán J.M. Calleja.
[14] Esta tendencia se advierte en un artista y poeta como Alejandro Thornton, quien se ha ido desprendiendo paulatinamente de su anclaje en la pintura para desarrollar un cuerpo de obra planteado fuertemente desde la gráfica y la poesía visual tipográfica.
[15] En este sentido se orienta el trabajo del poeta Hugo Masoero. Desde la organización de los primeros talleres de poesía visual en el Espacio de Arte Contemporáneo La Caverna, en Rosario, y bajo la inspiración del artista Juan Carlos Romero, Masoero afronta la difusión de la poesía visual en varias localidades del interior, como Oberá, Mendoza, Pergamino, para luego centrar las actividades en la provincia de Entre Ríos. En esta provincia, en ciudades como Paraná, Villaguay, La Paz, Gualeguaychú y Victoria, se realizaron numerosos talleres de producción. En febrero de 2022, como resultado de todo este accionar, se presenta la muestra Metonimias, en el Museo Histórico Provincial “Martiniano Leguizamón” de la ciudad de Paraná, y se comienza a editar la revista de poesía experimental Templo.
[16] Ideada y fundada en enero de 2020 por los artistas Silvio De Gracia y Ana Montenegro, tiene su origen en la revista homónima que se comenzó a editar en 2002 y que continúa hasta el presente.
[17] De acuerdo a su perfil curatorial, HOTEL DADA está comprometida con la difusión, exhibición y producción teórica en torno a expresiones consideradas marginales, entendiendo lo marginal como una categoría estético-política. La intención es contribuir al reconocimiento y posicionamiento de manifestaciones alternativas, como sellos de artistas, revistas ensambladas, rubberstamps, poema-objeto, libro de artista, sticker art, afichismo artístico, poesía visual, videopoema, poesía acción, poesía fonética y sonora, collages, fotocopia-arte, entre otras propuestas que expanden los límites de las artes visuales.
[18] LA POESÍA EN LA BOCA Exhibición Internacional de Mascarillas de Poesía Visual, curada por Silvio De Gracia, se presentó en la galería HOTEL DADA entre el 29 de octubre y el 20 de diciembre de 2020. Además de la participación de destacados poetas internacionales, la muestra contó, entre otros, con los argentinos Claudio Mangifesta, Alejandro Thornton, Débora Daich, Hilda Paz y Hugo Vidal.